Otro hombre
El hombre observó atentamente cómo detenían a cada ladrón y, cuando sus ojos se cruzaron con los de Otis, sonrió. Otis observó bien al hombre. Llevaba ropa de montar a caballo y un gran sombrero blanco. El hombre se acercó a Otis y se presentó. Era el dueño de los caballos.
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