Barrera de seguridad
De repente, el potro se quedó en el mismo sitio. Era el momento que Otis estaba esperando. Inmediatamente aprovechó la oportunidad y se acercó con cuidado al joven caballo. Dando pequeños pasos, le tendió la mano y le dijo. “Ven aquí, amigo. No te preocupes” Entonces vio algo.
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