Desvanecerse y quedarse
Pero entonces ocurrió algo milagroso. Al cabo de unos días, el golpe inicial de la noticia se desvaneció un poco. Ya no pensaba tanto en aquel horrible accidente. Pero, por alguna razón, los rostros de aquellos trillizos permanecieron en su mente. Eran tan adorables, y sus pensamientos volvían una y otra vez a ellas.
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