En la peluquería
Tras un corto trayecto en coche, llegaron a la peluquería. Dentro, Amber se ofreció a coger la chaqueta del vagabundo, pero él se negó a quitársela. Ella se encogió de hombros y aceptó su vacilación. “¿Por qué no tomas asiento? Enseguida vuelvo con mi equipo de corte”, dijo Amber.
Page 23 of 50