Pésima mano
La vida les había repartido a Amber y a su hija, Rose, una pésima mano. No siempre les fue tan mal. Amber estaba felizmente casada hace sólo un par de años. Pero cuando su marido murió tras luchar contra una enfermedad injusta, sus vidas tomaron un rumbo equivocado. Además del chicharro, el dinero escaseaba y ella luchaba por pagar el alquiler.
Page 7 of 50