Sonido familiar
Pero entonces, un sonido familiar se acercó cada vez más. El golpe desprevenido le mareó, y tardó un rato en darse cuenta de lo que era. ¡Una sirena! Mason miró hacia la entrada de la cala y vio que entraban lanchas de la policía. Sintió que el agarre de la persona que lo sujetaba se aflojaba cuando los traficantes se dieron cuenta de que se había acabado.
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