El dueño de un motel se niega a dar una habitación a un extranjero – En lugar de discutir, hace esto

Línea delgada

Sentía un profundo sentido de la justicia y comprendía la delgada línea que separa el bien del mal. La dueña del motel, libre ya de las garras de los delincuentes, pudo dirigir su negocio sin miedo. A menudo agradecía a Edgar su valentía, reconociendo que sus acciones no solo la habían salvado a ella, sino que también habían llevado ante la justicia a una red criminal.