El dueño de un motel se niega a dar una habitación a un extranjero – En lugar de discutir, hace esto

Meses después

Meses después, Edgar volvió a visitar el motel, esta vez recibido calurosamente por la dueña. Compartieron una taza de café, reflexionando sobre la extraña serie de acontecimientos que los habían unido. Edgar observó el apacible motel, que contrastaba con la caótica noche en que todo había comenzado.