Necesidad de darse prisa
Sin responder a sus preguntas, el vagabundo resopló y gimió mientras la empujaba por la rampa para sillas de ruedas. Luego, antes de que pudiera volver a preguntar, se oyeron sirenas de policía a lo lejos, y su preocupación aumentó aún más. Todas estas preguntas le hicieron olvidar que ella misma era buscada. Tenían que darse prisa
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