A toda prisa
Mientras caminábamos hacia allí, estaba claro que Howard se estaba precipitando en esta parte del proceso. Tenía poca paciencia y lo que más quería era volver a su mesa, donde podía atender a clientes de alto nivel. Los jóvenes no dejaban de mirar hacia atrás, para ver si la anciana había seguido el ritmo e instarla varias veces a que les acompañara.
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