Cuidarlo
“Por extraño que parezca, el búho no se asustó. Al contrario, no dejaba de revolotear a mi alrededor como si yo fuera su madre. Acabé alimentando al simpático animal para que cogiera fuerzas y le hice un cálido nido con ropa vieja en mi armario para que durmiera”, explicó Kevin. Pero había un problema…
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