No puedo quitarme la sensación
La situación le ponía los nervios de punta. Hizo que su madre perdiera completamente el apetito. La mujer, de 50 años, no dejaba de pasearse por la casa y de mirar por una pequeña rendija de las cortinas cada cinco minutos. Ambas no podían quitarse la sensación de que tenía algo que ver con su padre. Pero en aquel momento seguían sin saber de qué se trataba. Pero cuando finalmente descubrieron la verdad, ¡les sorprendió!
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