Donna conducía su coche un día normal y corriente, pero de repente todo se volvió negro. Unos días después se despertó en el hospital, donde se enteró de que había tenido un accidente de coche. Poco después, Donna se dio cuenta de que ya no podía mover las piernas. Fue un duro trago, pero intentó llevarlo lo mejor posible con su marido, Blake. Sin saber que él haría algo horrible.
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