Una piedra
Sus ojos se abrieron de golpe cuando vio una piedra entre los cristales rotos. Incrédula, Donna la cogió y se dio cuenta de que llevaba una nota. “Dame el dinero”, decía la nota, asustando a Donna. Se le nubló la vista porque se le llenaron los ojos de lágrimas. Donna se secó las lágrimas mientras miraba hacia fuera, pero la calle estaba en silencio y la persona que había hecho esto hacía tiempo que se había ido.
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