El nervio
Entonces la confusión de Donna se convirtió rápidamente en ira. Se quedó mirando a Blake un momento y luego le gritó. “¿Cómo te atreves a aparecer ahora y preguntar por el dinero?”, le exigió temblando. Su corazón latía con fuerza en su pecho mientras todas las emociones de los últimos días la abrumaban. “Me dejaste sola cuando más te necesitaba. No te quiero aquí. Vete”, exclamó. Y para su sorpresa, él lo hizo.
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