Una pareja pide en un restaurante y la camarera se da cuenta enseguida de que algo va mal

Aún no ha terminado

No mucho después, Gregory y Kate salieron del restaurante con el rabo entre las piernas. Maggie notó que Alice se secaba las lágrimas, pero eran lágrimas de alegría. “Por fin se ha acabado”, dijo mientras Maggie abrazaba a la mujer. “El plan funcionó de maravilla”, respondió Maggie, pero aún quedaba una sorpresa más.