Sin perder de vista
La pareja permaneció en la mesa un buen rato pero no dio ninguna indicación de pedir algo. Maggie intentó vigilar de cerca la situación mientras ayudaba a otros clientes. Al final, la pareja era lo único en lo que podía concentrarse, y su mente iba a mil por hora. ¿Qué estaba pasando con aquellos dos?
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