Discúlpate
Su acción hizo que los bocazas salieran de su susto inicial. “¿Qué queréis?” Dijo con cuidado uno de ellos. Pero su ego y su porte imponente no les ayudarían esta vez. El jefe de Sarah empezó a hablar. Dijo que después de escuchar la historia del Sr. Thompson, no tenían que tener más que respeto por su viejo amigo. Así que eso les dejaba una opción. “¡O os disculpáis por vuestro comportamiento o no volvéis a poner un pie aquí nunca más!”
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