Piernas temblorosas
El jefe de Sarah se acercó a Max como respuesta. “¡Tú, jovencito, lárgate! Sal de mi restaurante ahora mismo. No quiero volver a ver tu cara por aquí” Las palabras del dueño resonaron por todo el local y provocaron escalofríos a todos. La rabia en la voz del dueño hizo que Max se pusiera la chaqueta a toda prisa. Con las piernas temblorosas, salió del restaurante para no volver jamás.
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