Todo el mundo colabora
Los tres amigos habían prometido empezar su voluntariado el primer día de la semana siguiente. Así todos tuvieron tiempo de prepararse y adaptarse, e incluso Sarah tuvo tiempo de arrimar el hombro. Después de escuchar la historia del Sr. Thompson, a ella también le entraron ganas de ayudar. La joven camarera se ofreció a ayudar a coordinar las actividades en la residencia de veteranos. El Sr. Thompson aceptó y le agradeció su respeto y apoyo.
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