Perder el equilibrio
George observaba horrorizado la situación desde su barco. Ben, por su parte, tuvo menos suerte. Cada vez que intentaba levantarse, la orca golpeaba el suelo bajo él, haciéndole perder pie. Pero tras el último golpe, se mantuvo alejada un poco más, y Ben aprovechó su oportunidad.
Page 12 of 50