Su próxima víctima
Sin embargo, a los servicios de emergencia no pareció importarles. Estaban demasiado ocupados disfrutando de su domingo de cielo despejado. Y mientras la última organización colgaba bruscamente a Harold, éste vio cómo la grieta se abría paso hasta su siguiente víctima. La carretera principal ya estaba partida por la mitad, y la grieta no se detuvo ahí. Se abrió camino a través del patio del vecino hasta que finalmente golpeó su garaje recién construido.
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