Emprendiendo una expedición
Harold intentó calmar a todo el mundo y les dijo que volvieran a sus casas. Pero debían abandonar la casa inmediatamente si oían algún ruido sordo. “Así que permanezcan alerta”, fue el mensaje de Harold. Y mientras el vecindario esperaba ansioso, Harold investigaría de dónde procedían el gas y la dinamita. Tenían que actuar con rapidez antes de que surgieran problemas más graves. Los dos voluntarios de Harold, Marcus y Lawrence, se ofrecieron a acompañarle en su expedición. ¡Vamos!
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