Siga su olfato
Incluso cuando la grieta desapareció de la vista, a los tres hombres no les costó darse cuenta de adónde tenían que ir. El olor a plátano podrido que se abría paso en el suelo era el camino perfecto que debían seguir. Harold, Marcus y Lawrence siguieron sus olfatos y, al hacerlo, recorrieron rápidamente el terreno. Descubrieron que las grietas surgían por todas partes, dejando un rastro de destrucción a su paso.
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