Manos a la obra
Bajo la experimentada dirección de Harold, equipos de ingenieros y trabajadores de la construcción empezaron a estabilizar el terreno. Utilizaron técnicas y materiales avanzados para rellenar los socavones y reforzar la tierra, asegurando que los cimientos de la ciudad volvieran a ser sólidos y seguros. Al mismo tiempo, Harold se coordinó con los contratistas locales para reparar las casas dañadas por los socavones. Su experiencia fue inestimable y trabajó incansablemente para garantizar que todas las reparaciones cumplieran las normas más estrictas de seguridad y calidad.
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