Llegando a su fin
Pasaron los meses y la ciudad se fue transformando poco a poco. Los peligrosos sumideros eran ahora tierra firme, y las casas que habían estado a punto de derrumbarse volvían a estar firmes y orgullosas. La comunidad observaba atónita cómo se revitalizaba su pueblo, y todo se lo debían al liderazgo y la determinación de Harold. Finalmente, llegó el día en que el proyecto se completó. La mina se cerró oficialmente y el pueblo fue declarado seguro.
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