Segundo par de ojos
Kate fue a una ferretería local y compró allí su segundo par de ojos. Compró una cámara oculta con detector de movimiento. Según el vendedor, era la mejor del mercado. Seguro que esta cosa le mostraría lo que estaba haciendo el cachorro. Con la ayuda de su vecino, Kate consiguió instalar la cámara. Así que cuando cayó la noche y se comprobaron todas las puertas y ventanas, ¡llegó el momento!
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