Pregunta desencadenante
Kate se disculpó con la señora alterada, que en ese momento ya había colocado al cachorro sobre el mostrador de la recepción. “Lo siento, pero el dueño del refugio no está aquí en este momento. Estaré encantada de ayudarla en lo que pueda”, le dijo Kate amablemente. “¿Qué es lo que parece ir mal, señora?” Cuando la ya frustrada mujer de mediana edad oyó a Kate decir esas palabras, sus niveles de ira se multiplicaron por diez…
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