Rincón de la plaza
El cachorro de cuatro meses caminaba entre los grandes palés llenos de peces y otras criaturas marinas y los ignoraba con facilidad. Estaba claro que Sadie no estaba aquí por los peces en absoluto. La perrita atravesó el puerto sin distraerse ni una sola vez. Había un lugar donde ella necesitaba estar. Y ese lugar estaba en la misma esquina de la plaza, donde dos palés de madera se apoyaban el uno contra el otro.
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