Acogida
Tras una breve sesión de caricias, Kate echó a correr. “Volveré; sólo tengo que coger el coche”, dijo sonriente la empleada del refugio. El hecho de haber resuelto el caso y, lo que es más importante, de poder ayudar a estos cachorros, dibujó una gran sonrisa en el rostro de la mujer. Volvió con su coche y cogió sin esfuerzo a los cinco cachorros. Kate los llevó de vuelta al refugio y comprobó sus constantes vitales…
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