Un último sprint
Todo esto se estaba volviendo demasiado difícil de soportar. Pero Becky no tenía tiempo para pensar en ello. Su casa estaba a sólo 600 pies de distancia, por lo que sabía que un último sprint sería suficiente para llegar allí en una sola pieza. Becky respiró hondo y empezó a correr tan rápido como pudo. Cuando el hombre desapareció de su vista, llegó a su apartamento. ¿Por fin estaba a salvo?
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