No asustado en absoluto
Mateo se quedó mirando los movimientos extraños de la criatura con total confusión. Ningún animal podría permanecer tan tranquilo en un ambiente así. Mateo vio cómo flotaba de izquierda a derecha como si no tuviera otro lugar donde estar. Justo antes de que el barco encendiera sus motores para poder salir del puerto, Mateo intervino. Llamó a los pescadores y les pidió que dejaran de hacer lo que estaban haciendo. Había descubierto algo.
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