Siendo un poco insistente
Sintió que la ventana vibraba. Seguramente, esto sería suficiente para llamar la atención del veterinario. Normalmente no era tan atrevido, pero el perro quejumbroso que llevaba en el brazo le obligó a actuar. Y pareció funcionar, porque la veterinaria apareció de su despacho instantes después. Martin levantó a Toby, indicando que necesitaba ayuda.
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