Es innegable
“¡Las dos tazas de café!” Dijo Naomi. Miró el certificado de nacimiento con su nombre y la firma de Carl. Parecía legítimo, por lo que era difícil rebatir las pruebas. Naomi se echó a llorar, y Carl la miró, preguntándose qué estaría pensando su hija. Pero entonces hizo algo inesperado…
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