Espera nerviosa
El dueño del santuario se lo explicaría todo en cuanto llegara, que era dentro de treinta minutos. Ellie esperó nerviosa mientras miraba fijamente a la ventana del ático. Y al cabo de treinta minutos exactos, llegó el equipo. Dos hombres salieron del camión y se presentaron como John y su hijo, Conner. “Nos alegramos de que hayas llamado”
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