Sorprendentes visitantes
Danny tragó saliva al sentir que la sangre le salía por la cara y perdía color. Delante de él estaba la anciana de ayer, pero eso no era todo. A su lado había dos agentes de policía. Su mente iba a mil por hora. ¿Qué hacían aquí? ¿Por qué estaba la anciana con ellos? ¿Cómo sabía dónde vivía? Finalmente, el joven encontró sus palabras: “¿Puedo ayudarles, agentes?”, preguntó.
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