¡Qué demonios!
“¡Qué demonios, qué demonios!” Dana pronunció estas palabras durante un minuto entero antes de acabar callándose incrédula. ¿Había algo vivo dentro de esa cosa? Dana tenía miedo de mirar, pero sabía que no tenía elección. La bolsa ya estaba abierta por un lado, así que Dana fue a por ella.
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