Cuando esta mujer llegó al supermercado esta mañana, decidió conscientemente ser odiosa. Tenía prisa, así que buscar aparcamiento fue una pérdida de tiempo. Acabó aparcando en doble fila en una plaza para minusválidos. Una decisión de la que se arrepentiría poco después. Porque cuando volvió, ¡se vio obligada a llamar a la policía!
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