Paso a paso
Joe tomó la delantera y Charlotte le siguió vacilante. El corazón le latía con fuerza, pero sus ganas de obtener respuestas eran mayores que sus nervios. Paso a paso se fueron acercando a la cabaña y parecía que lo conseguirían, pero de repente los animales empezaron a gruñir. Avisando al hombre.
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