¿Qué hacéis aquí?
Pero tan repentino como apareció el hombre, tan repentino fue su cambio de humor. “Lo siento mucho”, dijo en tono amable. Intentó calmar a Charlotte explicándole que creía que eran otra persona y quería ahuyentarlos. El hombre guardó su hacha y repitió su primera pregunta con más amabilidad.
Page 32 of 50