Cálida bienvenida
Porque en cuanto abrieron la puerta, los policías que se encontraban en el interior de la sala estaban preparados para darles la bienvenida. “Las manos donde podamos verlas y de cara a la pared”, les gritaron. Momentos después, los demás policías acudieron en su ayuda. Los culpables fueron detenidos sin problemas y llevados a comisaría.
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