Humo
La cara de Jenna se giró, y la embarazada devolvió el balón a los chicos, que despegaron al instante después de aquello. Sólo debieron de ser un par de segundos, pero bastaron para que el hombre desapareciera por completo de su vista. Jenna escudriñó por todas partes, pero era como si se hubiera esfumado.
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