Mirada penetrante
El hombre que le había dado la silla también había salido del vagón y estaba en el andén con Jenna. Y esta vez, no era sólo una mirada unidireccional de Jenna al encapuchado. Esta vez, él le devolvió la mirada a través de la espesa multitud. Su mirada era penetrante, pero eso no era todo.
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