Especulaciones
Sin dudarlo ni un momento, Jenna empezó a caminar. Iba a buen paso y trataba de hacer el trayecto lo más corto posible. “¿Qué quiere de mí? No le conozco; sólo me he sentado en el asiento que me ha dado. ¿Por qué me sigue?” El corazón y la mente de Jenna iban a mil por hora.
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