No es lo que esperaba
La embarazada se dio la vuelta, irritada, y estaba dispuesta a echarles la bronca a aquellos niños. Pero cuando vio que quien lo hacía no era en absoluto un niño hiperactivo, se quedó aturdida y confusa. Era una mujer adulta, y Jenna fue testigo de cómo golpeaba su espalda contra la silla repetidamente.
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