Salida repentina
Dennis respiró hondo. “Bueno, de acuerdo entonces”, dijo mientras Harper abría la puerta, pero antes de que pudiera decir nada más, la chica subió a la acera y cerró la puerta de un portazo tras de sí. Dennis se quedó en silencio, sorprendido por su repentina marcha. Ni siquiera le dio las gracias ni se despidió.
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