Ábrelo cuando me haya ido
Dijo que se llamaba Christine y pasó a poner el sobre grande en las manos de Martin. “Hay algo especial dentro de este paquete, sólo para ti. Pero sólo podrás abrirlo cuando me haya ido. Utilízalo con prudencia y no seas avaricioso”, le dijo. Martin miró a Christine, confuso.
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