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En su mano
La curiosa Mia se acercó cada vez más al animal, al que no pareció importarle la presencia de la niña. Incluso caminó hacia ella La niña extendió la mano con cuidado y lo cogió. Una amplia sonrisa apareció mientras miraba a la criatura en su mano. Sin saber la increíble verdad que había detrás.
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