Otra dirección
El funeral de este anciano fue una ocasión triste. Era muy querido por todos en el pueblo y, por supuesto, sobre todo por su propia familia. La ceremonia fue hermosa, y cuando por fin se colocó la lápida en su tumba, todo el mundo se quedó mirando con los ojos llenos de lágrimas. Todos menos su nieto. Porque lo que vio en el lado izquierdo de la tumba ¡sorprendería a todo el mundo!
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